“Lo importante es el trabajo del taller que nace todos los días”

Con sencillez, humildad y carisma para asumir cada proyecto que aparece en su camino, en su parque de esculturas y fundación de Manantiales, en Maldonado, el escultor Pablo Atchugarry recibió a El Observador, donde abrió las puertas de su realidad y de un mundo de esculturas y figuras que siguen ganando terrenos sin importar las fronteras.

¿Luego de tantos años de trabajos, proyectos, exposiciones, viajes por el mundo y entre Italia y Uruguay, en que etapa artística se encuentra hoy?

 Yo creo que es un momento especial de mi vida, donde después de 32 años viviendo en Italia, trato de pasar el mayor tiempo posible en Uruguay, esto porque hay varios proyectos y mucho por hacer. Hay un proyecto didácticó acá en la fundación, que traemos escuelas de todo Maldonado, entonces, mi encuentro con los chicos necesita atención. Esa es una forma de extender el arte a nivel social, y descubrir en algunos niños y adolescentes quizás una vocación artística. Me parece que estoy en una etapa en la que más allá de los grandes proyectos y exposiciones, van pasando los años y siento más la necesidad de pasar más tiempo acá.

¿Le cuesta en los últimos años el desarrollar un ida y vuelta permanente entre Uruguay e Italia?

 Si. Es que yo también hago viajes muy breves. Viajes agonísticos. Muchas cosas en un tiempo muy comprimido. Hay muchas etapas en un mismo viaje que generalmente dura pocos días. Pero bueno, así siempre ha sido mi vida, y mientras tenga fuerza y salud, pienso continuar así.

¿Entonces, cómo define este momento de su realidad?

 Con mucho movimiento y muy agotador.

¿De que manera califica el desarrollo y la evolución de su trabajo en los últimos 15 años?

El balance es conservar la fuerza del hacer, y del continuar haciendo, de enfrentar una nueva pieza, un nuevo bloque y encontrar todavía la alegría de trabajar con las propias manos y pensando que después esas obras se transforman un poco en embajadores que van recorriendo el mundo.

¿Cómo piensa usted que el mundo del arte ve las obras que creó Pablo Atchugarry?

Es siempre muy difícil ser conocido a nivel mundial. Es un esfuerzo que hago hace muchos años y que lo continuaré haciendo, y con eso la obra está presente en muchos circuitos. En Europa, América y Asía, entonces todo eso hace que cada vez haya más cantidad de personas y coleccionistas que se están interesando por mi trabajo.

¿Qué concepto tiene actualmente del arte?, específicamente de la escultura y de la pintura.

Pienso que es un momento especial dónde obviamente se ha realizado mucho, y es muy difícil traer una imagen propia, sin estar contaminada de todo lo que se hizo en el siglo XX y en lo que va del siglo XXI.

Estamos en un tiempo de mucha exageración, dónde también se tratan de hacer cosas para impresionar al público. Para schokearlo. Me parece que esas exageraciones no son profundas, y de alguna manera se quedan en la parte superficial, para estar en los diarios y en los medios porque se hizo un trabajo con ese espíritu. Pero creo que habrá más una necesidad de volver a una imagen interior, la cual madura dentro de nosotros.

¿De todo lo que aprendió hasta ahora, hay alguna enseñanza que le sea vital para trabajar?

Creo que los grandes valores clásicos, como el equilibrio y la belleza; muchas veces, el arte es alejado de la belleza. La belleza es también muy relativa, pero pienso que hay que tener presente que la belleza, es un elemento esencial en nuestra vida.

¿Qué tan difícil es realizar el trabajo que usted hace desde el aspecto físico y mental?

Es realmente de mucho stress y mucho trabajo físico y también psíquico. Pero es como cuando un capitán del barco debe focalizar y saber que tiene que llevar la nave al puerto seguro. Entonces, eso por más que existan tempestades, hay que pensar que siempre habrá un puerto seguro donde llegar.

¿Si tiene un cronograma muy apretado, cuando descansa? 

Es muy apretado. No dispongo de tiempo libre. Ese es el gran tema. Aprovecho a viajar cuando hago alguna exposición. Entonces, entre el montaje y desmontaje, ahí puedo descansar un poco, pero nunca es más de dos días.

¿Cómo recibe la noticia de que se habla de alguna una de sus obras en algún lugar del mundo?

Es una gran responsabilidad siempre. Porque las obras son un poco como hijos. Entonces, uno está pendiente de cómo le va al hijo. De cómo está su salud, su vida afectiva, su trabajo, etc. Entonces, hay satisfacciones y hay problemas. Es esa la imagen más apropiada que yo creo.

En 2014, la fundación que lleva su nombre cumple siete años. ¿Qué representa para usted?

Ha sido y es un sueño, por más que luego las realidades no son fáciles de llevar a cabo. Requiere de mucho esfuerzo para llevarla adelante y demanda mucha atención y sacrificio, y el estar pendiente sde que las cosas funciones, de los proyectos y de todo. Es un compromiso muy grande.

¿Que significado tiene el recibir un premio por un trabajo?

Todas las alegrías obtenidas en el campo artístico, son como un vaso de agua en el desierto. Ayudan y uno lo aprecia más porque luego hay que seguir pasando ese desierto. Es muy importante como estimulo. Pero en el fondo, lo importante es el trabajo del taller, de todos los días. El que va naciendo y se va apreciando. 

¿Que lo hace feliz?

Digamos que no me conformo nunca. Siempre estoy un poco proyectado con el futuro y con lo que pienso voy a hacer. Estoy siempre rodeado de mármoles y proyectos.No me detengo para mirar lo que hice, sino lo que voy a hacer. Mi felicidad va mutando, permanentemente.

Ver en : http://www.elobservador.com.uy/noticia/269305/lo-importante-es-el-trabajo-del-taller-que-nace-todos-los-dias/