La Piedad de Pablo Atchugarry
"En el año 1977 llegué a Europa por primera vez, cargado de entusiasmo, curiosidad, ganas de aprender y juventud…Todo era nuevo, todo era grande y todo era impresionante.En esos años realizaba innitos viajes a muchas ciudades en Europa, visitando museos, plazas, puentes, palacios, iglesias, sitios arqueológicos, donde siempre me emocionaba el arte y la arquitectura. En ese deambular, encontré la obra de un “gigante”, tal vez el más grande de los artistas de todos los tiempos...Entonces empecé a frecuentar, a conocer, a respirar y a admirar su genio. Y el genio de Miguel Ángel se maniesta en la poesía, en la pintura, en la arquitectura pero sobretodo en su maravillosa obra escultórica.En su escultura, el tema de la “Piedad” lo acompañará desde la realización (entre los veintitrés y veinticinco años de edad), de la Piedad Vaticana, siguiendo por la Piedad Bandini y terminando con la Piedad Rondanini, inacabada, en la cual trabajó hasta cuatro días antes de morir.Cuando realicé mi Piedad, quise de alguna manera, hacerle un homenaje al gran escultor que fue Miguel Ángel y a la temática que lo acompañó a lo largo de su vida.La Piedad, la esculpí en un bloque de mármol estatuario de Carrara de doce toneladas, proveniente de la cava“Il Polvaccio”, entre los años 1982 y 1983. Ella signicó y signica mucho para mi desde el punto de vista afectivo y emocional, entre otras cosas, me permitió quedarme en Italia, en Lecco, todo un año para poder realizarla.Ahora, después de treinta años de su “nacimiento”, es una gran emoción poder mostrar la Piedad en la Fundación, al público rioplatense, latinoamericano, americano e intercontinental.Es una alegría pensar que esta “criatura” atraviese el océano para conocer sus orígenes, uniendo idealmente dos continentes."
PABLO ATCHUGARRY